Espero no estar nunca en su pellejo

Hoy en día un blog, es considerado un instrumento de difusión, de pensamiento, de movilización, de creación, de sensibilización, en definitiva, de lucha. Por eso, quiero compartir esta espeluznante carta enviada al director de El País que resume una parte de un todo, una pequeña muestra, una reducida visión, pero, a la vez una ejemplificación de un sistema, el nuestro, que se nos va, se nos va de las manos y es ahora, es hoy y pasa.

La carta es escrita por un médico y fue publicada el 27 de abril de 2012:

Espero no estar nunca en su pellejo

Trabajo atendiendo a personas con infección por el VIH en un hospital público. De los 1.000 pacientes bajo mi cuidado, unos 150 son inmigrantes. Ni uno solo ha hecho turismo sanitario, y la mayoría no sabían que estaban infectados cuando dejaron su país en busca de un trabajo con el que ganarse la vida, o se han infectado estando en nuestro país.

Muchos de ellos perderán la tarjeta sanitaria y su tratamiento antirretroviral en agosto si se cumple lo anunciado por la señora ministra. Serán los elegidos para morir por el bien de los españoles.

Ahorraremos algo de dinero de nuestras maltrechas cuentas dejándoles morir, pero no nos importará porque son ilegales. No lo merecen. No existen. Pero yo conozco sus nombres y sus caras y cuando me despida de ellos en la consulta sabré que soy parte de la hipocresía de una sociedad donde el derecho a la vida es solo para algunos. ¿Qué sentirá un político tomando decisiones que suponen la muerte de personas en aras de un bien supuestamente superior, como es la reducción del déficit? Espero no estar nunca en su pellejo.— Federico Pulido Ortega.