Camino a casa, busco la luna, no la veo, ella tampoco me ve a mi. No encuentro explicación, de pronto como el alba se encuentra con el rocio encuentro yo la luna, tan blanca, domina el cielo, inspiradora, fuerte, imponente, discreta… y es que no hay pasado sin ella. De igual modo que no hay futuro sin ti, así como el destino va y vuelve, te lleva y te deja, la luna permanece, observante y agresiva, cual leñador fijando su hacha, pero tambien serena, segura y sin hacer mal a nadie; vuelvo a casa con el objetivo cumplido. Y tú me esperas para el día siguiente. A.Salavert