*Text escrit per a la publicació basca Ikuspegia -Ikasle aldizkari kritikoa- (Revista estudiantil crítica)
Número de febrer: http://issuu.com/ikuspegia/docs/ikuspegia_1._alea_publikatzeko_55ee6bf9492684
‘Qui perd els orígens, perd l’identitat’ (Papasseit)
Conquistada a sangre y fuego a inicios del siglo XVIII (1707), ninguneada desde entonces, silenciada, saqueada y acribillada desde el fin de la II República española (1939), menospreciada y sumisa desde la Transición española (1978). Autogobierno anulado, lengua postergada y cultura propia chafada. Quisieron que olvidáramos las comarcas, la historia, que olvidáramos a nuestras abuelas, nuestros bailes, nuestros cantos, nuestras palabras, quisieron hasta que perdiéramos el nombre, que no recordáramos donde trabajaban nuestros antepasados, querían que perdiéramos todo origen, que nuestra identidad fuera la de la Meseta, la de ellos; que las plazas tuvieran otro nombre, que los picos y los ríos fueran otros, que nuestro trabajo fuera para ellos, que nuestras manos fueran sus marionetas. Como hijas, venimos del silencio para poderlo todo, lucha constante que anuncia la revolución que será.
‘Ja no ens alimenten molles, ja volem el pa sencer’ (Ovidi Montllor)
Hasta las izquierdas rupturistas se olvidan de él, es por eso, que este breve artículo quiere confirmar que estamos en movimiento; que no es en vano nada de lo que se hace, se crea y se construye.
Asediada costa a golpe de ladrillo, hipotecado futuro a golpe de capitalismo, ninguneado patrimonio a golpe de cartera. Gobernantes déspotas y mediocres, los cuales han legitimado la ignorancia desde el Blaverismo, voluntad oscura de lejanía con Catalunya e Illes Balears, imposición de la amnesia colectiva para olvidar fosas comunes y saqueos culturales. Han estigmatizado el País Valencià con su corrupción y sus ansias de desposesión, han hecho de los pueblos sus cortijos, han hecho a su paso la parte más oscura de la historia de nuestra tierra.
Al paso de hormiga hemos estado y sido; nuestros gobernantes no son la tierra que amamos y defendemos, son botiflers e indignos, los mismos que luchaban al lado de la Corona española en la Batalla d’Almansa, los mismos que piden perdón por hablar en valenciano, los mismos que rechazan la cultura para dividir, los mismos que han vendido la huerta valenciana y los campos fértiles, los mismos que despolitizan para perpetuarse, los mismos que anulan las luchas sociales que a pie de calle y de raíz pretenden transformar las comarcas.
‘Perquè arribarà el dia que no podrem més i llavors ho podrem tot’ (Vicent Andrés Estellés)
Son los más de cien grupos activos de música, son los Aplecs* donde se recuperan tradiciones y historias, son las Editoriales que de manera autónoma y en colectivo impulsan nuestra cultura más reciente, son los colectivos audiovisuales que perpetúan cada acto y cada creación, son las Trobades* a favor de la escuela pública i en catalán, son las luchas heredadas por el territorio, son los movimientos sociales en defensa de nuestros espacios y derechos. Somos la tesis en nuestra lengua, el proyecto literario de jóvenes que ya alberga la cultura más reciente. Es volver a la senda para trabajar la tierra, es la complicidad de base en la plaza y en la calle, es la creación de espacios colectivos y de redes que unen de manera directa comarcas, pueblos y gentes. Somos las migradas que enriquecen nuestra historia como sus antepasados ya hicieron, somos cuando llenamos espacios, cuando abarrotamos los sueños que van siendo, somos la vitalidad de raíz, somos la recuperación y la creación continua. Es oponerse al fascismo y la desmemoria, es recuperar tradiciones y volver a las maneras de antes; somos los miles de proyectos que con escaso o sin apoyo institucional han gestado victorias diarias en estas últimas décadas, somos la dignidad más intacta de saber que nos tenemos todas y que vamos camino de todo.
València, Països Catalans -febrer 2015-
a.s.