IX

El pasado 23 de septiembre hacía 41 años que se apagaba El poeta; Pablo Neruda moría 12 días después del Golpe de Pinochet, 12 días después de Allende, y 12 días después de desvanecerse sueños, voluntades y misiones que hablaban de pueblo, de cultura, de horizontalidad, de los muchos y de los invisibles.

Quiero compartir estos fragmentos que escribió Matilde Urrutia, compañera de Neruda, los días anteriores y posteriores a la muerte del poeta. 
Y es que nosotros tenemos, por ejemplo a Lorca, a Miguel Hernández o a Machado. Nos acribillaron a los cantores, a los carpinteros, a los obreros, a los estudiantes; Chile pasó la misma suerte, se hizo apología del ‘Viva la muerte, muera la inteligencia’, se profanó la cultura y se traicionó al pueblo.
Memoria que es lo que nos hace falta, y presente para amar y luchar, que será todo un futuro para formar y forjar:

“Era el día 23 de septiembre. Allí, en la pieza de la clínica, estábamos silenciosas y tristes tres mujeres. Mis ojos están pendientes de Pablo. De repente, lo veo que se agita. Qué bueno, va a despertar. Me levanto. Un temblor recorre su cuerpo, agitando su cara y su cabeza. Me acerco. Había muerto. No recobró el conocimiento. Pasó de ese sueño del día anterior a la muerte”

“Vamos llegando al cementerio, somos muchos, los carros con militares también son muchos. Se acercan, es un entierro erizado de fusiles y ametralladoras. ¡Cuánto despliegue policial para los funerales del hombre más pacífico del mundo, para un poeta!
El pueblo sabe qué significa ese despliegue, ya han caído tantos, hay tanta sangre en las calles de Chile, y por esto es doblemente emocionante el valor de este pueblo que aquí va gritando: ‘Pablo Neruda, presente, ahora y siempre’
Nunca podré olvidar este momento. Aquellas miradas en que se mezclan el dolor y la rebeldía. Cada uno de ellos siente el horror ante la suerte infligida a tantos amigos y parientes: apresados, escondidos, agonizando en las torturas. Y en este momento de oscuridad asfixiante, como un grito de liberación, se escucha: ‘Pablo Neruda, presente, ahora y siempre’. Este grito me trae un rayo de luz, de esperanza, éste es un pueblo vivo, tendrán mucho trabajo los que pretendan pisarlo con su bota. Señores militares, esta es la voz del pueblo. Yo estoy segura de que todos tenemos miedo, pero es como cumplir con un destino. De repente, oigo una voz muy tímida que canta: ‘Arriba los pobres del mundo’. Muchas voces se unen a ese tímida voz: ‘De pie los esclavos sin pan’. ¿Nos ametrallarán?, comienzo a preguntarme. Los miro, todos van con la cabeza levantada, como desafiantes; es hermoso ver ese valor. Las lágrimas se secaron en mis ojos; en este momento, ha nacido dentro de mí algo muy fuerte, es la conciencia de que no estoy sola. Pablo me ha dejado una herencia, la de este pueblo. Y también levanto la cabeza. Este dolor aquí dentro es tan grande, pero no estoy sola. En este momento soy la mujer más acompañada del mundo.”

Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=ffkPIlmfxXE

Solo cabe decir: viviremos y venceremos!

a.s.